El desafío
Mejorar el acceso universal a una alimentación saludable y sostenible
Las graves consecuencias que producen en la salud humana la carencia de alimentos, su falta de calidad nutricional, y la presencia de residuos tóxicos se suman a la necesidad de proteger la salud del planeta. Todo ello nos sitúan ante el desafío global de acelerar la transición hacia sistemas alimentarios de base agroecológica, diversificados, resilientes y justos.
En este marco es apremiante dar acceso a toda la población a alimentos de calidad, en particular a los colectivos más vulnerables, como la infancia.
Algunos factores que condicionan la toma de decisiones en el ámbito de la alimentación
Situación socioeconómica
Existe una relación clara entre renta y alimentación, con consecuencias en la salud a medio y largo plazo. Cuando los ingresos son reducidos, las elecciones alimentarias atienden más a criterios económicos que a criterios nutricionales: productos ultraprocesados altamente calóricos y con poca calidad nutricional, carnes procesadas, reducción del consumo de fruta, pescado y verdura…
Factores socioculturales
Tener pocos conocimientos y competencias alimentarias tiene como resultado un inventario culinario reducido, una dieta monótona y repetitiva, así como una menor capacidad para tomar decisiones alimentarias saludables.
Una alimentación inadecuada se asocia también a la falta de tiempo para desplazarse, comprar, preparar, cocinar y vigilar el consumo de los alimentos. Ante la falta de tiempo, la simplificación de las preparaciones, los alimentos rápidos y la comida basura aparecen como soluciones inmediatas.
Influencia de la publicidad:
Y, por supuesto, la influencia de la publicidad al servicio de la agroindustria, combinada con el vacío educativo en el ámbito de la alimentación, ha contribuido a debilitar el control de las personas sobre una dieta adecuada y su conocimiento de las distintas culturas alimentarias.